El rostro de humo en la ciudad
desorbita desolación
y lleva un rictus de tragedia.
El muro de silencio oligárgico
profundiza grietas en cada esquina
por un mendrugo impune.
Ese submundo de sobrevivientes,
y lleva un rictus de tragedia.
El muro de silencio oligárgico
profundiza grietas en cada esquina
por un mendrugo impune.
Ese submundo de sobrevivientes,
con heridas que los acechan
son muertos en vida
por el decretado
disparo del corrupto.
Los obreros, los maestros,
los jubilados, los sin rostro...
arrastran cadenas
arrastran cadenas
que hienden sus carnes
si intentan gritar justicia.
Niños, que tienen que reír
flores traviesas en las manos,
hoy, una anémica tristeza
carga sus mochilas
con la espina del hambre.
Xenia Mora Rucabado
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ResponderEliminarRecordado amigo Javier: Tus palabras tan sentidas, son música a mis oídos. Mil gracias querido amigo. Un abrazo de luz a tu alma de poeta. Xenia
ResponderEliminarPD : Digo.... música a mis oídos.
El aroma de la envolvente música, la sentida e inteligente presencia de tus versos, la dulce y delicada firmeza de tu voz, todo confluye armoniosamente en el bello blog que has creado, querida Xenia. Recibe mis más cálidas felicitaciones y sigue adelante. Tu amigo de siempre, Javier
ResponderEliminarBelleza de poema social. ¡No sabemos hasta cuándo! Mi aplauso y mi admiración por la valentía.
ResponderEliminarQuerida Gloria: Te agradezco mucho tu comentario. Abrazo grande!
EliminarXenia